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Lúcido y provocativo libro de Arturo Capdevila que esta editorial saca a la luz después de casi medio siglo de silencio.

El autor propone otra mirada sobre ciertas enfermedades como el cáncer y la leucemia.

Adelantado a su época, Capdevila supo afirmar sin miramientos que "cada uno come la enfermedad de que se enferma". Rechaza con gran convicción y esmero argumentativo aquel tan generalizado imaginario social que considera el huevo, la leche y sus derivados como productos saludables y benéficos al organismo humano. Son más bien elementos de profunda perturbación que desde nuestra infancia y casi cotidianamente penetran en el organismo.

"A las combinaciones de leche y huevo llegó la cocina de la concupiscencia sólo para dar con un regalo... Tan lejos de la nutrición de los tejidos, que apenas atendió al paladar del goloso. Fue el desorden llamando al desorden; el apetito desordenado, extraviado, desquiciando el orden natural, aparejando su extravío.., ¡Y tan cierto! Altho, que es nutrir en griego, procede de una raíz semítica con significación de crecer. Y lo que no crece bien, crece mal y degenera en lugar de prosperar. Lo que no es tejido sano, porque no podrá serlo, es neoplasia." El cáncer - A. Capdevila.

SOBRE EL AUTOR:

ARTURO CAPDEVILA Córdoba, 1889 -Buenos Aires, 1967

Poeta, dramaturgo, narrador, ensayista, abogado, juez, profesor de filosofía y sociología e historiador argentino. Escribió incansablemente sobre temas históricos, literarios y científicos

En 1913 se doctoró en Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad Nacional de Córdoba. Se trasladó luego a la ciudad de Buenos Aires, donde prosiguió su labor docente y continuó su obra literaria.

Obtuvo el Premio Nacional de Literatura en los años 1920, 1923 y 1931. La Sociedad Argentina de Escritores le otorgó el Gran Premio de Honor en 1949, en reconocimiento al libro de poemas El Libro del Bosque. Fue profesor de literatura en la Universidad Nacional de La Plata.

Como miembro de la Academia Nacional de Letras de la Argentina, ocupó el sillón Nº 8, "José Manuel Estrada". Fue asimismo miembro correspondiente de la Academia Española de la Lengua. La  Academia Nacional de Historia lo contó entre sus miembros desde el año 1922.