Contratapa de Liliana Díaz Mindurry: 

Cuando leo la palabra, esa palabra con que Alejandro Schmidt titula su libro me vienen tantas cosas, desde voces de los niños, hasta Eva, Yocasta, Clitemnestra, Coatlicué, Pachamama, las letanías de la Virgen que tenía que recitar en la escuela de monjas, madre purísima, madre sin mancha, madre de la divina gracia, madre del buen consejo. Y no puedo dejar de pensar en el insulto más difundido en lengua castellana. Y no me extraña tampoco que Alejandro Schmidt en el acápite de su libro extraordinario haya hablado de la cloaca. Lo mejor y lo peor se une a la maternidad. (...)

El llamado primario del origen es el alimento del poema y su combate. El poeta se sitúa, en cierta medida, aterrado y atraído por el magma amorfo de lo indeterminado (mi madre me llamó/ por un dolor en el pecho// en camisón/ al pie del ascensor/ pidió disculpas/ ese dolor/ es todo lo que pudo ofrecer) y ese magma está lleno de metamorfosis, se vuelve palabras con un orden onírico (árbol negro/ mi madre/ al borde de la ruta y también: mi madre se transforma en perro/ escapa a la calle/ ladra, gruñe) porque el poema deshecha la función utilitaria del lenguaje, la madre que vuelve a ser madre. (...)

Y eso es lo que logra este magistral libro de Alejandro Schmidt. El excedente de sentido. En el silencio petrificado de las palabras, dice por fin el agujero: Mamá/ ya no puedo volver. Y sin embargo está el encantamiento: desde la mudez y la ausencia, son derrotadas las fuerzas oscuras.
Las cosas se salen de sí y surge la poesía en su resplandor perfecto.

MAMÁ - ALEJANDRO SCHMIDT

$11.000
MAMÁ - ALEJANDRO SCHMIDT $11.000
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Contratapa de Liliana Díaz Mindurry: 

Cuando leo la palabra, esa palabra con que Alejandro Schmidt titula su libro me vienen tantas cosas, desde voces de los niños, hasta Eva, Yocasta, Clitemnestra, Coatlicué, Pachamama, las letanías de la Virgen que tenía que recitar en la escuela de monjas, madre purísima, madre sin mancha, madre de la divina gracia, madre del buen consejo. Y no puedo dejar de pensar en el insulto más difundido en lengua castellana. Y no me extraña tampoco que Alejandro Schmidt en el acápite de su libro extraordinario haya hablado de la cloaca. Lo mejor y lo peor se une a la maternidad. (...)

El llamado primario del origen es el alimento del poema y su combate. El poeta se sitúa, en cierta medida, aterrado y atraído por el magma amorfo de lo indeterminado (mi madre me llamó/ por un dolor en el pecho// en camisón/ al pie del ascensor/ pidió disculpas/ ese dolor/ es todo lo que pudo ofrecer) y ese magma está lleno de metamorfosis, se vuelve palabras con un orden onírico (árbol negro/ mi madre/ al borde de la ruta y también: mi madre se transforma en perro/ escapa a la calle/ ladra, gruñe) porque el poema deshecha la función utilitaria del lenguaje, la madre que vuelve a ser madre. (...)

Y eso es lo que logra este magistral libro de Alejandro Schmidt. El excedente de sentido. En el silencio petrificado de las palabras, dice por fin el agujero: Mamá/ ya no puedo volver. Y sin embargo está el encantamiento: desde la mudez y la ausencia, son derrotadas las fuerzas oscuras.
Las cosas se salen de sí y surge la poesía en su resplandor perfecto.