90 páginas

Contratapa de  Daniel Freidemberg:

Ningún énfasis, pero -o por eso mismo- mucha potencia. Estrofas de pocos versos breves, por lo general. Pocas palabras pero firmes (no resonantes, no fuertes: firmes) como puestas ahí por una razón profunda. Un singularísimo y persistente estilo hecho de la aparente ausencia de estilo. Siempre al costado de las “ondas”, de los afanes por figurar en la cartelera, la poesía que desde hace décadas viene haciendo Alejandro Schmidt no solo no entra en ninguno de los circuitos desde los que se estima el “valor literario”, sino parece ir concretándose en respuesta a una única y perentoria gran necesidad, que sería nada más (ni menos) que la de hacer que esas palabras, y lo que se mueve entre ellas, o atrás de ellas, o en torno de ellas, o en ellas, se haga presente ahí, en la página. Decir lo que tiene que ser dicho, eso indecible que tiene que ser expuesto, sin preocuparse por nada más.

A mí, al menos, muchos de esos poemas me resultan muy particularmente iluminadores, movilizadores. Ponen en juego en mi lectura las cuestiones del estar acá, me afectan.

LA ESPINA DEL FARAÓN - Alejandro Schmidt

$11.000
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Ningún énfasis, pero -o por eso mismo- mucha potencia. Estrofas de pocos versos breves, por lo general. Pocas palabras pero firmes (no resonantes, no fuertes: firmes) como puestas ahí por una razón profunda. Un singularísimo y persistente estilo hecho de la aparente ausencia de estilo. Siempre al costado de las “ondas”, de los afanes por figurar en la cartelera, la poesía que desde hace décadas viene haciendo Alejandro Schmidt no solo no entra en ninguno de los circuitos desde los que se estima el “valor literario”, sino parece ir concretándose en respuesta a una única y perentoria gran necesidad, que sería nada más (ni menos) que la de hacer que esas palabras, y lo que se mueve entre ellas, o atrás de ellas, o en torno de ellas, o en ellas, se haga presente ahí, en la página. Decir lo que tiene que ser dicho, eso indecible que tiene que ser expuesto, sin preocuparse por nada más.

A mí, al menos, muchos de esos poemas me resultan muy particularmente iluminadores, movilizadores. Ponen en juego en mi lectura las cuestiones del estar acá, me afectan.