372 PÁGINAS
Publicados por vez primera, estos recuerdos de infancia de Azor Grimaut nos acercan a la Córdoba de las primeras décadas del siglo XX: la ciudad y el campo. Desde el asombro de su visión infantil, el autor  retrata paisajes, personajes o  rituales y nada deja escapar  en su pintura de anécdotas,  experiencias primeras, usanzas, quehaceres, desde la minúscula puerta de los vizcacherales, la altura alcanzada por el barrilete más adornado, las faenas en el matadero de San Vicente, las mujeres empanaderas y torteras en las esquinas, las escapadas en las siestas de verano, los rosarios de huevos de pajaritos, las escuelitas debajo de los árboles, el terror a la cruel perrera, las comparsas de los carnavales, la vivencia infantil de la muerte...
 
Describe Cristina Milich Grimaut en el prólogo: Sin lugar a dudas, todos y cada uno de nosotros se deleitará en cada página de este libro al observar esas descripciones detalladas de los personajes de nuestro campo, como el caso de ese Doroteo, gaucho parco y recio de los lodazales, sin domicilio ni norte fijos que nos hace recordar a los dibujos de Molina Campos o de esa doña Vicenta, matrona aguerrida que lía sus cigarrillos y lleva las riendas de sus parejeros con bravía y pericia igual o superior a la de su marido o de los gringos que empezaban a poblar estos terrenos cultivando uvas y cuidando fieramente de sus parrales …

INFANCIA, PIQUILLÍN Y MISTOL - AZOR GRIMAUT

$18.000
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Describe Cristina Milich Grimaut en el prólogo: Sin lugar a dudas, todos y cada uno de nosotros se deleitará en cada página de este libro al observar esas descripciones detalladas de los personajes de nuestro campo, como el caso de ese Doroteo, gaucho parco y recio de los lodazales, sin domicilio ni norte fijos que nos hace recordar a los dibujos de Molina Campos o de esa doña Vicenta, matrona aguerrida que lía sus cigarrillos y lleva las riendas de sus parejeros con bravía y pericia igual o superior a la de su marido o de los gringos que empezaban a poblar estos terrenos cultivando uvas y cuidando fieramente de sus parrales …