248 PÁGINAS

(Primera edición: 1833)

Autor anónimo

Prólogo Roberto Elissalde

Versión facsimilar

Este Manual, que sale del olvido después de casi dos siglos y que en su momento sirvió de guía útil en el hogar, hoy es considerado por sí mismo un objeto precioso ya que nos permite adentrarnos en la cotidianeidad de nuestros antecesores.

Según se explica en el mismo prólogo, este Manual es para "las madres de familias, á quienes interesa el enseñar á sus hijas, no sólo el conocimiento del modo de guisar bien con economía, sino como se debe lavar y aplanchar la ropa, que son ramos muy dispensiosos si no se manejan como es debido".

Con esta nueva edición buscamos recuperar del recuerdo muchas recetas de cocina y varias sugerencias para la administración del hogar como el modo de quitar las manchas, de lavar la vajilla, de conservar los vinos, de servir la mesa, entre muchas más.

Dice Roberto Elissalde en el prólogo a esta edición: "Dicho volumen vio la luz en la imprenta de la Gaceta Mercantil en el año 1833, y es la reimpresión de la edición madrileña de 1830, cuya portada se anuncia así: "Manual de la criada económica. Y de las madres de familias que desean enseñar a sus hijas lo necesario para el gobierno de su casa. Se halla en la librería de Pérez, calle de Carretas. Madrid, 1830. Imprenta de los hijos de doña Catalina Piñuela, Calle del Amor de Dios, núm. 14.". (...)

El primer plato de este recetario es el puchero y también se desarrollan distintas formas de asar la carne, recomendando que "nunca debe servirse que chorree sangre, porque sería mal sana y de gusto desagradable". Poco después de 1810 así lo describieron los hermanos Robertson: "En torno al fogón había ollas y cacerolas de barro, una caldera de cobre para el mate, una piedra de afilar y media docena de cabezas de vaca. En el fogón goteaba el sabroso asado que teníamos para cena y en una olla se cocía un puchero" .

Entre los consejos de interés se encuentran las reglas para cocinar las frutas que han de ponerse en almíbar; como conservar los huevos escribiendo en la cáscara la fecha; quitar el mal gusto a las carnes pasadas y tiernizarlas.

Un detalle no menor son las sugerencias para el manejo de la cocina, como el aseo y limpieza de la vajilla, y las precauciones con las de estaño y cobre, para evitar intoxicaciones. También se ocupa de la forma de pegar en casos de roturas, las piezas de loza, con una mezcla de cal viva con agua.

Largamente se ocupa de la conservación del vino, su clarificación, cuánto tiempo con-servarlos en el tonel antes de envasarlos. También del lavado de la ropa, la que divide por su calidad y separa las de los niños y enfermos; estableciendo una diferencia entre la "ropa puerca" de la "ropa manchada"; además de cómo limpiar sedas, medias, pañuelos, gasas, tejidos de algodón, batistas, muselinas, etc.; incluyendo las formas de almidonar y planchar."

MANUAL DE LA CRIADA ECONÓMICA Y DE LAS MADRES DE FAMILIA QUE DESEAN ENSEÑAR A SUS HIJAS LO NECESARIO PARA EL GOBIERNO DE LA CASA

$16.000
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Este Manual, que sale del olvido después de casi dos siglos y que en su momento sirvió de guía útil en el hogar, hoy es considerado por sí mismo un objeto precioso ya que nos permite adentrarnos en la cotidianeidad de nuestros antecesores.

Según se explica en el mismo prólogo, este Manual es para "las madres de familias, á quienes interesa el enseñar á sus hijas, no sólo el conocimiento del modo de guisar bien con economía, sino como se debe lavar y aplanchar la ropa, que son ramos muy dispensiosos si no se manejan como es debido".

Con esta nueva edición buscamos recuperar del recuerdo muchas recetas de cocina y varias sugerencias para la administración del hogar como el modo de quitar las manchas, de lavar la vajilla, de conservar los vinos, de servir la mesa, entre muchas más.

Dice Roberto Elissalde en el prólogo a esta edición: "Dicho volumen vio la luz en la imprenta de la Gaceta Mercantil en el año 1833, y es la reimpresión de la edición madrileña de 1830, cuya portada se anuncia así: "Manual de la criada económica. Y de las madres de familias que desean enseñar a sus hijas lo necesario para el gobierno de su casa. Se halla en la librería de Pérez, calle de Carretas. Madrid, 1830. Imprenta de los hijos de doña Catalina Piñuela, Calle del Amor de Dios, núm. 14.". (...)

El primer plato de este recetario es el puchero y también se desarrollan distintas formas de asar la carne, recomendando que "nunca debe servirse que chorree sangre, porque sería mal sana y de gusto desagradable". Poco después de 1810 así lo describieron los hermanos Robertson: "En torno al fogón había ollas y cacerolas de barro, una caldera de cobre para el mate, una piedra de afilar y media docena de cabezas de vaca. En el fogón goteaba el sabroso asado que teníamos para cena y en una olla se cocía un puchero" .

Entre los consejos de interés se encuentran las reglas para cocinar las frutas que han de ponerse en almíbar; como conservar los huevos escribiendo en la cáscara la fecha; quitar el mal gusto a las carnes pasadas y tiernizarlas.

Un detalle no menor son las sugerencias para el manejo de la cocina, como el aseo y limpieza de la vajilla, y las precauciones con las de estaño y cobre, para evitar intoxicaciones. También se ocupa de la forma de pegar en casos de roturas, las piezas de loza, con una mezcla de cal viva con agua.

Largamente se ocupa de la conservación del vino, su clarificación, cuánto tiempo con-servarlos en el tonel antes de envasarlos. También del lavado de la ropa, la que divide por su calidad y separa las de los niños y enfermos; estableciendo una diferencia entre la "ropa puerca" de la "ropa manchada"; además de cómo limpiar sedas, medias, pañuelos, gasas, tejidos de algodón, batistas, muselinas, etc.; incluyendo las formas de almidonar y planchar."