Del Estudio Preliminar de Sandra Gasparini: 

  "De la existencia de Raimunda Torres y Quiroga nos queda su paso por la prensa y las letras rioplatenses del último cuarto del siglo XIX. Como un espectro, luego se desvanece de los archivos y las fotografías de su tiempo. 

 En sus demandas por la emancipación de la mujer, notamos un uso sistemático de los recursos del fantástico y del horror: en esa aura se vela la tragedia política narrada por los asesinos en la serie de los femicidios. 

 Está claro que en este horror -que no ahorra decapitadas, estranguladas y un repertorio claramente gore-, la locura ocupa un lugar central. En muchos relatos la demencia emerge como consecuencia del crimen cometido por el narrador protagonista y se constituye en salvoconducto legal en el caso de los asesinos, al tiempo que señala a los lectores y lectoras su culpabilidad y condena moral. 

 La “justicia” sobrenatural, por otra parte, es la única solución disponible en un mundo de injusticias para las mujeres o para los excluidos. Donde hay omisión de leyes y soluciones para sus heroínas, las fuerzas no humanas se postulan como defensa y poder de choque, y como posibilidad de fuga del Logos masculino.”

 

RAIMUNDA TORRES Y QUIROGA: Se desconocen el lugar y la fecha de nacimiento (¿1860?) y muerte de esta autora singular. Fue una periodista y cuentista activa durante al menos diez años desde la segunda mitad de la década de 1870 hasta que recogió gran parte de su producción hemerográfica en un libro, Entretenimientos literarios, publicado en Buenos Aires en 1894. Usó varios seudónimos para escribir pero tal vez Matilde Elena Wili, Madre-Selva y Luciérnaga hayan sido los que mejor condensan tres vetas de su escritura: la de las ficciones de horror, la de la feminista emancipista y la de la gacetillera joco-satírica. Tanto sus repertorios de lo macabro, con énfasis en la violencia patriarcal contra las mujeres y en las venganzas espectrales, como sus artículos de variedades sobre la sociedad porteña y acerca de la lucha por los derechos femeninos la convierten en una voz ineludible de las letras argentinas de fines del siglo XIX.

 

SANDRA GASPARINI: Ha investigado y escrito fundamentalmente sobre literatura argentina fantástica y de terror, y sus vínculos con el discurso científico. Publicó los ensayos Espectros de la ciencia. Fantasías científicas de la Argentina del siglo XIX (2012) y Las horas nocturnas. Diez lecturas sobre terror, fantástico y ciencia (2020), entre otros. Realizó ediciones críticas de textos de Eduardo L. Holmberg, Adolfo Bioy Casares y Esteban Echeverría. Ha publicado también artículos académicos para diversas revistas científicas, así como narrativa para antologías y, entre otros, el volumen de cuentos Las Flores (2022). Es doctora en el área de Literatura de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y docente de grado y posgrado en esa institución y en la Universidad Nacional de las Artes (UNA).

FANTASÍAS - RAIMUNDA TORRES Y QUIROGA. Estudio preliminar de Sandra Gasparini. Artículo de investigación de María Vicens

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  "De la existencia de Raimunda Torres y Quiroga nos queda su paso por la prensa y las letras rioplatenses del último cuarto del siglo XIX. Como un espectro, luego se desvanece de los archivos y las fotografías de su tiempo. 

 En sus demandas por la emancipación de la mujer, notamos un uso sistemático de los recursos del fantástico y del horror: en esa aura se vela la tragedia política narrada por los asesinos en la serie de los femicidios. 

 Está claro que en este horror -que no ahorra decapitadas, estranguladas y un repertorio claramente gore-, la locura ocupa un lugar central. En muchos relatos la demencia emerge como consecuencia del crimen cometido por el narrador protagonista y se constituye en salvoconducto legal en el caso de los asesinos, al tiempo que señala a los lectores y lectoras su culpabilidad y condena moral. 

 La “justicia” sobrenatural, por otra parte, es la única solución disponible en un mundo de injusticias para las mujeres o para los excluidos. Donde hay omisión de leyes y soluciones para sus heroínas, las fuerzas no humanas se postulan como defensa y poder de choque, y como posibilidad de fuga del Logos masculino.”

 

RAIMUNDA TORRES Y QUIROGA: Se desconocen el lugar y la fecha de nacimiento (¿1860?) y muerte de esta autora singular. Fue una periodista y cuentista activa durante al menos diez años desde la segunda mitad de la década de 1870 hasta que recogió gran parte de su producción hemerográfica en un libro, Entretenimientos literarios, publicado en Buenos Aires en 1894. Usó varios seudónimos para escribir pero tal vez Matilde Elena Wili, Madre-Selva y Luciérnaga hayan sido los que mejor condensan tres vetas de su escritura: la de las ficciones de horror, la de la feminista emancipista y la de la gacetillera joco-satírica. Tanto sus repertorios de lo macabro, con énfasis en la violencia patriarcal contra las mujeres y en las venganzas espectrales, como sus artículos de variedades sobre la sociedad porteña y acerca de la lucha por los derechos femeninos la convierten en una voz ineludible de las letras argentinas de fines del siglo XIX.

 

SANDRA GASPARINI: Ha investigado y escrito fundamentalmente sobre literatura argentina fantástica y de terror, y sus vínculos con el discurso científico. Publicó los ensayos Espectros de la ciencia. Fantasías científicas de la Argentina del siglo XIX (2012) y Las horas nocturnas. Diez lecturas sobre terror, fantástico y ciencia (2020), entre otros. Realizó ediciones críticas de textos de Eduardo L. Holmberg, Adolfo Bioy Casares y Esteban Echeverría. Ha publicado también artículos académicos para diversas revistas científicas, así como narrativa para antologías y, entre otros, el volumen de cuentos Las Flores (2022). Es doctora en el área de Literatura de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y docente de grado y posgrado en esa institución y en la Universidad Nacional de las Artes (UNA).