Contratapa de María Calviño:

 

Poner algo a prueba buscando la convicción de que (después, ahora no, en otro momento) pueda salir bien o bastante bien sería un ensayo, si se encuentra cierta cómoda distancia con la acepción técnica (genérica) de la literatura. Este libro sí, es así, y son poemas de Carlos Schilling: textos por sobre los que planean como aves raquíticas cruces de toda índole (padecidas, simuladas, atribuidas, tipografiadas) amenazando a la palabra a cada rato con alguna forma de tachadura, tanto como a la voz con callarla. Explorar esa tensión revela expeditivamente la necesidad de escribir, y esa exploración va transformando la voz del poeta y sus dobles, nacidos para ser tachados de poetas.

Qué inexplicable y abisal puede ser la necesidad de escribir; o por qué no podemos hablar de otra cosa sin darnos cuenta. Perdoname, perdoname, / no he mejorado nada en estos años: / la sinceridad solo es un estilo / que se puso de moda y que practico / en casos de necesidad extrema (aquí la voz ensaya un modo autocompasivo) (. . .) digo que  el sol se funde con la luna / y vuelvo mío todo lo que copio / cuando ninguna voz es oportuna (aquí es la persona del poeta quien derrocha pericia métrica y ensaya un modo triunfal). Me parece definitivamente lírico cuando quizás a pesar suyo no está ensayando, y nos advierte: Ninguna palabra no escrita / futura, presente o pasada / contiene este mar que palpita.  ¿No es lo que suele suceder con los mares más poéticos de todos, los verdaderos?

ENSAYOS DE VOZ - Carlos Schilling

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Qué inexplicable y abisal puede ser la necesidad de escribir; o por qué no podemos hablar de otra cosa sin darnos cuenta. Perdoname, perdoname, / no he mejorado nada en estos años: / la sinceridad solo es un estilo / que se puso de moda y que practico / en casos de necesidad extrema (aquí la voz ensaya un modo autocompasivo) (. . .) digo que  el sol se funde con la luna / y vuelvo mío todo lo que copio / cuando ninguna voz es oportuna (aquí es la persona del poeta quien derrocha pericia métrica y ensaya un modo triunfal). Me parece definitivamente lírico cuando quizás a pesar suyo no está ensayando, y nos advierte: Ninguna palabra no escrita / futura, presente o pasada / contiene este mar que palpita.  ¿No es lo que suele suceder con los mares más poéticos de todos, los verdaderos?